Datos actuales

Gerónimo Urquizu y Lamberta Royo contrajeron matrimonio en 1646 y vivieron en Mirambel (Teruel). Éste es el dato inicial que conocemos en la actualidad de la familia Urquizu, siendo Gerónimo Urquizu (desconocemos su segundo apellido) el primer Urquizu de este árbol. El matrimonio tuvo cinco hijos y una hija, de nombres Gerónimo, Marco Antonio, Roque, Hilario, Joseph y Flora (1).

Podemos afirmar que se trataba de una familia acomodada, ya que su hija Flora dejó un importante legado (Pío Legado) destinado al bien casar a los descendientes de sus cinco hermanos. Dicho legado duró un siglo. Flora ingresó en una orden religiosa, por lo que su dote provenía de su línea familiar. Poseía propiedades en la zona (la Masía del Mojón de la Vega en Cantavieja) lo que nos hace suponer que, como mínimo, una de las ramas familiares residía en dicha región desde alguna generación anterior.

Algunas de las ramas familiares, a lo largo del siglo XVIII, fueron influyentes en el Maestrazgo por sí mismas o por contraer matrimonio con familias poderosas del lugar (Monforte, Zurita y Homedes).

No disponemos de momento de datos que confirmen los orígenes vascos de la familia Urquizu del Maestrazgo. En 1495 no existía en el reino de Aragón ningún Urquizu censado, según consta en el Fogatge (4) de dicho año que aún se conserva.

Algunos de los antepasados Urquizu eran artesanos. Existen referencias de varios miembros carpinteros o escultores en los siglos XVII y XVIII. Poseían un alto nivel de instrucción para esos tiempos, varios individuos de esta familia asistieron a clases de Gramática alrededor de 1750 (2) y existe la referencia que “Francisco Urquizu actuando como síndico en Mirambel firmó en 1765 en nombre del alcalde y los señores que no sabían escribir” (3).

Ignoramos cuándo y por qué se trasladaron de población, pero se podría proponer la siguiente hipótesis: los Urquizu eran una familia de artesanos que trabajaban en la ornamentación de las distintas iglesias dependientes de los Templarios. Por ello debían ser requeridos en diferentes poblaciones y así se iban trasladando y/o estableciéndose en las diversas villas o ciudades de la región. La expansión regional durante los siglos XVII –XVIII, se realizó en el feudo de la orden de los Hospitalarios (Vinaróz, Arnes, Villarluengo…) coincidiendo con la construcción o las reformas de las iglesias.

De los descendientes de Gerónimo Urquizu sabemos que el primogénito Gerónimo Urquizu Royo y el nieto Gerónimo Urquizu Belvis (hijo de Marco Antonio Urquizu Royo) se establecieron por el reino de Valencia (Benifayo, Benicarló y Vinaróz). Los otros hijos de Marco Antonio Urquizu Royo permanecieron principalmente en Mirambel y alrededores, sólo su hijo Agustín Urquizu Belvis se trasladó a Arnes (Reino de Cataluña) y posteriormente a Valderrobres (Teruel) dejando una descendencia de 7 hijos. Roque Urquizu Gálvez, nieto de Gerónimo y Lamberta, se trasladó a Arnes, no disponiendo de más datos ya que no se conservan los libros sacramentales del siglo XVIII de dicha localidad.

El primer Urquizu nacido en Beceite fue Roque Urquizu Antolín en 1737, biznieto de Roque Urquizu Royo. En los libros de difuntos de Beceite de la primera mitad del siglo XVIII, sólo encontramos un apunte referido a un recién nacido en el año 1730, este hecho nos hace suponer que no existía previamente otra rama en dicha localidad.

Desconocemos los hijos de Roque, Joseph e Hilario Urquizu Royo por los datos aportados en el Pío Legado de Flora Urquizu. Sin embargo existen varias ramas familiares (Juan, Repulles y Castell de Mirambel; Dosdat en Cantavieja y en Villarluengo; y Carceller en Morella) que son descendientes directos ya que documentalmente consta que cobraron del Pío Legado y podemos suponer que descendían estos hermanos Urquizu Royo, sin poder concretar cúal de ellos. Lo que si es seguro que no descendían de Gerónimo ni de Marco Antonio Urquizu Royo pues la descendencia de éstos está muy bien documentada.

Conocemos que el escultor Juan Urquizu de la Guardia era vecino de Daroca (Zaragoza) en 1632 (5), sin embargo, no lo hemos podido enlazarlo a pesar de revisar los libros sacramentales de dicha localidad, donde no consta ningún Urquizu nacido, casado o fallecido en el siglo XVII. Conocemos también la existencia de Julián Urquizu, maestro carpintero y escultor de Segorbe (Castellón), autor del altar de San Antonio Abad que en 1686 fue colocado en la parroquia de Ulldecona (Tarragona) (6), y de Santiago Urquizu maestro carpintero en 1691 que trabajó en la reparación del castillo de Agoncillo (Logroño) (7). Sin embargo no disponemos de datos para unirlos a nuestro árbol.

Si analizamos los datos nos damos cuenta que un Urquizu del siglo XXI es tan “Urquizu” como “Royo” ya que tiene la misma carga genética de Gerónimo que de Lamberta. Así mismo si a un “Ortiz” descendiente del Gerónimo Urquizu Royo le decimos que es tan “Urquizu” como cualquier “Urquizu” actual se nos reirá, no entenderá lo que le decimos. Por otro lado hemos de darnos cuenta que por línea paterna (es decir masculina) solo se conserva el primer apellido el resto son apellidos aportados por las ramas femeninas.

Llegados a este punto nos podemos preguntar ¿Qué sentido tiene realizar un árbol genealógico?

Al realizar un árbol genealógico nos permite descubrir la historia con letra pequeña, no los grandes acontecimientos nacionales sino la realidad de los individuos en su entorno. Es decir descubrir la forma de vivir, los acontecimientos políticos, económicos y sociales de nuestros antepasados y así entender su influencia en los individuos. Por otro lado permite sacar del anonimato a tantas mujeres que en definitiva han marcado el desarrollo personal y social de los distintos pueblos. Hasta prácticamente finales del siglo XX el varón ha determinado la vida familiar tanto en el estatus social como cultural. En general se ha dependido de su trabajo que en definitiva ha marcado su puesto en la sociedad local, su influencia y la movilidad geográfica familiar. Normalmente la boda se ha celebrado en la localidad de la mujer y la residencia la ha determinado el hombre por su trabajo.

(1) Pio Legado de Flora Urquizu
(2) Pio Legado de Mossen Esteban Monforte
(3) Benigno Palos Fabregat. Apuntes para la historia de mi pueblo. Mirambel
(4) http://www.scgenealogia.org/bancgen/fitxers/index.htm
(5) Las Artes en Aragón en el siglo XVII según el Archivo de Protocolos Notariales de Zaragoza de 1613 a 1696. A. Bruñén Ibáñez, L. Julve Larraz, E. Velasco de la Peña
(6) Ráfols, J.F. et alt. Diccionario Biográfico de Artistas de Cataluña. pág. 1300. Ed. Millá. Barcelona, 1953
(7) Cadiñanos Bardeci. Agoncillo y su fortaleza